Las obras piezas de este libro no requieren mayor elucidación. La octava (El jardín de senderos que bifurcan) es policial; sus lectores asistieran a la ejecución y a todos los preeliminares de un crimen, cuyo propósito no ignoran pero no comprenderán, me parece hasta el ultimo párrafo. Las otras son fantásticas; una - La lotería en babilonia - no es del todo inocente del simbolismo. No soy el primer autor de la narración de La biblioteca de Babel; los curiosos de su historia y de su prehistoria pueden interrogar cierta pagina del numero 59 de Sur, que registra los nombres beterogéneos de Leucipo y de Lasswitz, de Lewis Carroll irreal.